Pitágoras y la música de las esferas, por Jaime Buhigas
En el siguiente vídeo Jaime Buhigas desvela el arte, la poética, la capa simbólica y trascendente de las matemáticas, que «son ante todo y primero dibujos, y no cifras. […] El cálculo es la versión más prosaica y vulgar de la poética de las matemáticas, de la dimensión simbólica, trascendente y espiritual de las matemáticas». El teorema de Pitágoras no es de Pitágoras: es un teorema egipcio, mucho más antiguo que Pitágoras, que él aprende en Egipto, si es que él existió».
La tetrarquis pitagórica (los cuatro primeros números naturales): 1+2+3+4 suma 10, que va a ser el número de la perfección para los pitagóricos, con el que van a hacer todo un esquema (ellos van a tener una cosmología, una escatología, a dónde vamos, qué es lo que le pasa al alma después, osea, todo lo que Platón nos explicó ya estaba en Pitágoras). En base a esos cuatro números van a desarrollar el juramento sagrado; son los números de la naturaleza. A partir de ahí se llega absolutamente a todas las cosas desde el punto de vista sensorial.

Tetraktys pitagórica
Pitágoras, el ejercicio de su arte curativa, fue a través de los números. Los números se aplican a través de la manifestación más directa, potente y trascendente del número, que es la música. El paradigma de la música de las esferas, por la cual los planetas, en su movimiento, como todo cuerpo en movimiento, emiten una frecuencia, una onda de algún tipo. los planetas deben estar sonando, todos los planetas suenan, y la combinación de todas esas armonías que producen los planetas es la música de las esferas.
¿Cómo suena? La combinación de esos sonidos es lo que nosotros llamamos silencio, que no es la ausencia del sonido, sino el sonido que está siempre, la manifestación más elemental del orden con el que se ha hecho el mundo. Por eso a Pitágoras le llamaron el hijo del silencio. Adoraban el silencio porque es la manifestación más elemental del orden con el que se ha hecho el mundo. El paradigma es escuchar el silencio.
El enfermo tiene que alcanzar a escuchar el silencio. Pero ha perdido ese orden, tiene que conocer primero los números, y más que los números la relación entre los números, que es la que ha dado el orden. Y hace una cosa sencilla: se da cuenta de que si coge una cuerda y la tensa, suena. Ahora es el momento en que os recomiendo enlazar con el minuto 36 del vídeo en el que explica con una cuerda la relación de los números naturales con la escala dodecafónica, la explicación natural de los intervalos.