Uno de mis recursos favoritos son los cuentos cantados, sobre todo los que tienen rima, como en este caso Salta que salta (editorial Combel). He creado una dramatización sencilla y he variado un poco el ritmo de la canción original para explicar una célula rítmica. ¡Allá vamos!
Si te gustan las canciones y los cuentos, los libros de la editorial Combel son para ti. Son cuentos de hoja gruesa, perfectos para los más peques, e incluyen al final un código QR para descargar la canción. Cuando escuché la canción de «Salta que salta» me gustó: pegadiza, con ritmillo… bien. Peeeero, había dos detalles que no me convencían: la prosodia (relación palabra-música) y la variedad de ritmos. Así que decidí hacerla un poco mía: normalicé el ritmo, es decir, usé la misma célula rítmica en todas las frases y, de paso, mejoraba la prosodia.
En el siguiente vídeo tutorial tienes una explicación de varias células rítmicas, entre las que se encuentra ésta: corchea-semicorchea-semicorchea (ver imagen superior).
Pues bien, cambiando un poco de tercio, un día me inspiré y pensé: tengo una cocinita, una ventana y una casa de juguete, ¡todos los recursos para dramatizar! Tracé un camino con discos de plástico (sirven para todo lo que te puedas imaginar) y… ¡voilà! Dramatización preparada.
Disfruto sacándole el máximo partido a cada material, asociando diferentes ideas. En definitiva, combinando inspiración, conocimientos, experiencia y creación. Y…
¡que la música haga su magia!