Hoy os muestro algunos de los juegos que han utilizado algunos de mis alumnos para aprender música. Por un lado, piezas de Lego gigantes (utilizadas anteriormente por otros alumnos) que ayudan a M. a visualizar el valor de diferentes figuras rítmicas: en este caso las piezas negras representan la negra, las amarillas la blanca y, por último, las naranjas la redonda. ¿Os acordáis del tren musical? Lo interesante es trabajar el mismo contenido con metodologías diferentes.
Por otro lado, hemos utilizado también juegos elaborados por mí misma (buena parte de mi labor últimamente ha consistido en imprimir y plastificar): en este caso se trataba de emparejar la tonalidad Mayor con su relativo menor, ayudándose de un teclado. Gracias a juegos como este, María aprende mucho más rápido, y lo más importante: disfrutando.