El otoño es una estación maravillosa: la naturaleza nos brinda una escala de colorido mágico, una iluminación especial y frutos que me han servido como inspiración musical para crear recursos variados de audición, ritmo, etc.
Empezando por la audición, basándome en el musicograma de Almudena La Maestra he creado el que veis a continuación y que podéis descargar aquí. Os comento algunos detalles a tener en cuenta: con él puedes practicar la forma, ya que cada elemento se corresponde con una parte. En cuento a las hojas, he insertado dos tipos, las de la primera fila (verdes) y la segunda (naranjas), para indicar que es la misma melodía (hojas), pero con una pequeña variación melódica (diferente forma). Lo comparto en blanco y negro para que los peques, además de decidir ellos mismos el color, puedan experimentar con la variedad de tonalidades. De hecho, en las hojas de la primera fila he combinado verde y amarillo. ¡Experimenta con tu imaginario!
También he creado estas tarjetas de otoño que veis en el siguiente vídeo para trabajar el ritmo con notación no convencional. Puedes colocarlas en el suelo, en orden que quieres, e ir diciendo el nombre de los elementos. El primer paso podría ser vocalizar los nombres mientras percutes palmas o algún instrumento u objeto sonoro y, por último, percutir solamente el ritmo. Las posibilidades se pueden multiplicar combinando dos líneas rítmicas, empezando en diferentes puntos para crear un canon, etc. Te recomiendo imprimirlas en color y plastificarlas, para que duren más. Y a partir de ahí, ¡a divertirse